EL CASO UDINESE

El Udinese estafaba al fisco italiano con empresas radicadas en Barcelona.

EL PAIS DIGITAL. 26 FEBRERO 1998. FRANCESC PASCUAL, Barcelona
La policía ha entrado en tres empresas de Barcelona a instancias de la justicia italiana, que investiga un supuesto fraude de unos 5.000 millones de pesetas a la hacienda de aquel país, según las primeras estimaciones. El fraude ha sido cometido presuntamente por Gianpaolo Pozzo, accionista mayoritario del club de fútbol Udinese de la Primera División italiana, y por Gino Pozzo, hijo del primero y administrador único de la citada sociedad deportiva. Los Pozzo, además, son los dueños de las tres empresas de Barcelona y éstas poseen los derechos de imagen de entre cuatro y seis jugadores del Udinese, derechos que no han pasado por la ventanilla de la hacienda italiana.

Agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de Barcelona, dirigidos por el comisario José López y acompañados de un magistrado y de tres policías italianos, estuvieron durante 29 horas seguidas -todo un récord- registrando las tres empresas de los Pozzo. Se llevaron de ellas 8.000 documentos, lo que hace pensar a los investigadores que el fraude puede superar ampliamente los 10.000 millones de pesetas, ya que estas sociedades también tenían los derechos publicitarios del club. «En las empresas de Barcelona se encontraron las pruebas y los documentos que le hacían falta a la justicia italiana para probar la estafa. Barcelona era el centro operativo y todo se gestionaba desde aquí», afirmó ayer el comisario López.

El sistema urdido por los directivos del Udinese, club en el que jugó el majestuoso Zico y en cuyas filas se alineó también el madridista Ricardo Gallego, era relativamente sencillo. Los futbolistas contratados firmaban un doble contrato: uno federativo, por una cuantía relativamente baja, que era depositado en la Federación Italiana de Fútbol, y otro de imagen, por una cantidad elevada, en favor de una de las tres empresas radicadas en Barcelona.

Los Pozzo sacaban el dinero del club, lo ingresaban en sus empresas de Barcelona y desde éstas, a través de sociedades instrumentales interpuestas en el Reino Unido o en países de América Latina y de Europa, lo recuperaban, esta vez en sus bolsillos particulares. Con este procedimiento lograban evadir al fisco italiano.

De momento en los papeles incautados no ha aparecido el nombre de ningún futbolista como beneficiario de la operación junto a Gian Paolo Pozzo y Gino Pozzo. Pese a ello, todo parece indicar que los futbolistas cuyos contratos de imagen poseen las empresas catalanas estaban al corriente de los manejos y, de alguna manera, se beneficiaban de ellos.

La justicia italiana piensa que los Pozzo llevan siete u ocho años con estos trapicheos y les acusa de tres delitos: fraude fiscal, apropiación indebida y falsificación de balances.

Las empresas de Barcelona, además de ser las dueñas de los derechos por contratos de imagen, se dedican a actividades perfectamente legales y están al corriente de sus obligaciones con el fisco español. De hecho, los directivos del Udinese sólo utilizaban el nombre y la infraestructura de estas empresas para sus manejos en Italia.

Aparte de estas sociedades, los Pozzo tienen otros intereses en Cataluña. Entre ellos la empresa Talleres Casals, ubicada en Ripoll y fabricante de taladradoras y herramientas. Gian Paolo es su presidente, y Gino, el gerente. Talleres Casals no ha sido utilizada por los Pozzo para sus negocios futbolísticos.

Las investigaciones de la magistratura italiana llevaron ayer a la familia Pozzo a anunciar su deseo de abandonar la entidad, informa Efe. En una nota los Pozzo señalan que la presión judicial y del fisco, que dura desde 1986, fecha en que la familia compró el club, «hace que sea imposible continuar».

 

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