Competición desestima la reclamación del Valladolid por falta de tipicidad
El Comité de Competición ha desestimado la reclamación del Real Valladolid. Como recordarán nuestros lectores, el Real Valladolid solicitó a la RFEF que se repitiese el último minuto del partido contra el Valencia disputado el pasado fin de semana.
En el minuto 93, el árbitro Alejandro Hernández Hernández señaló un fuera de banda a favor del Valladolid. Balenziaga, el jugador pucelano más cercano al balón, deja el balón en el suelo fuera del campo para que acuda el compañero Óscar a hacer el saque de banda, pero a pesar de que el colegiado señalaba saque del Valladolid, quien pone el balón en juego es el Valencia, que monta una contra y marca el 2-1.
El Real Valladolid consideró que el balón no estaba reglamentariamente en juego cuando el Valencia marcó el gol de la victoria, por lo que entiende que debería decretarse la nulidad de lo jugado tras el ilegal saque de banda por parte del Valencia y ordenarse la reanudación a partir del momento previo al referido saque de banda.
Fundamentos del acuerdo
Competición reconoce el error arbitral. "A la vista de las imágenes aportadas como prueba videográfica por el Real Valladolid, se aprecia meridianamente que el Colegiado, pese a señalar inequívocamente un saque de banda a favor del citado equipo denunciante, permite que el equipo contrario aproveche la falta de diligencia de los jugadores del Real Valladolid y, ante la pasividad del Colegiado y en contra de su propia decisión anterior, los jugadores del Valencia, C.F. terminen poniendo el balón en juego mientras que el árbitro, lejos de impedir tan improcedente acción, permite continuar la jugada que, a mayor abundamiento, culmina con un gol marcado por el equipo local".
Sin embargo, considera el Comité de Competición que, "por más que nos encontremos ante un hipotético fallo en la ejecución de una decisión arbitral y sin perjuicio de las responsabilidades que pudieran derivarse en el orden y ante el órgano competentes, la acción objeto de controversia no resulta subsumible en los meritados tipos infractores y preceptos invocados por el equipo denunciante, lo que, en coherencia con el criterio que analógicamente se sostiene, entre otras, en la Resolución del Comité de Disciplina Deportiva 294/1998, de 5 de febrero de 1999, impide acordar en este caso y ante este órgano de disciplina deportiva responsabilidad disciplinaria contra el Colegiado del encuentro y, menos aun, la impetrada repetición parcial del encuentro desde el momento en el que se produce la errónea actuación arbitral".
Y concluye Competición afirmando que la "referida Resolución, tras distinguir aquellas decisiones que, como la que nos ocupa, afectan meramente “al desarrollo del encuentro”, de las decisiones que “han de servir de base para la imposición de sanciones disciplinarias”, por “tener carácter o consecuencias disciplinarias”, concluye que ”un encuentro sólo se anula o repite cuando las normas reglamentarias específicas lo establecen, y no como consecuencia de ningún error arbitral sea éste del carácter que fuere y tenga la influencia que tenga sobre el resultado final del encuentro”.
La versión del Comité de Árbitros
El diario Marca se hace eco de la versión del Comité Técnico de Árbitros sobre los hechos acaecidos en este partido y no coincide con la mantenida por el Comité de Competición.
Según el citado medio, el Comité Técnico de Árbitros considera que no hubo fallo técnico en la decisión, sino un error de indicación. Entienden que el colegiado concedió fuera de banda para el Valladolid al considerar que Joao Pereira era el último en tocar el balón. De ahí su gesto inmediato. Pero comparten la versión del colegiado, que dice que cambió su decisión porque su asistente en esa banda, Manuel Aboy, le comunicó por el intercomunicador que el balón ya había sobrepasado la línea antes de que lo tocara el jugador del Valencia y que, por tanto, se había equivocado. No obstante, reconoce el Comité de Árbitros que cuando sí comete un error el colegiado Hernández Hernández es al no indicar de forma ostensible, con señalización corporal, el cambió de decisión.