La NBA reprocha a los árbitros no haber utilizado el vídeo
A diferencia de lo que acontece en el fútbol, los árbitros de la NBA suelen utilizar el vídeo para dictaminar cuando tienen dudas, especialmente en acciones determinantes.
Sin embargo, el pasado martes, decidieron no utilizarlo. Oklahoma, líder de la Conferencia Oeste, ganó en la prórroga un partido en Portland (107-111). El público se quejó porque esa prórroga fue posible gracias a que, con 103-101 y faltando seis segundos, los árbitros concedieron los dos puntos en un tiro de Kevin Durant que no entró pero que, según ellos, fue incorrectamente taponado por LaMarcus Aldridge. En esta ocasión, estaban tan convencidos de que el tapón de Aldridge fue ilegal que no estimaron conveniente ratificar su criterio y revisar el vídeo.
Al día siguiente, la NBA, a través de su web oficial NBA.com, hizo público un comunicado en el que explicó que "con el beneficio de la repetición a cámara lenta de la jugada, tras el partido, se ha determinado que Aldridge toca el balón justo antes de que éste toque en el tablero. En consecuencia, debió haberse dictaminado que la acción se trató de un tapón correcto y la concesión de los dos puntos fue una decisión incorrecta".
Los árbitros del partido fueron Scott Foster, Eric Lewis y Matt Myers.
Los Blazers protestaron por la concesión de la canasta y pusieron en evidencia que el árbitro que dictaminó fue precisamente el que estaba más alejado de la acción. Por supuesto, si el balón hubiera tocado el aro antes de ser repelido por Aldridge, sí habrían sido bien concedidos los dos puntos. Esa canasta forzó la prórroga y en ella, los Thunder de Oklahoma ganaron por 107-111.
Los árbitros de la NBA son profesionales y se calcula que ganan entre 75.000 y 220.000 euros anuales.
Lo acontecido sugiere tres comentarios:
El primero, que la NBA es un deporte que evoluciona al ritmo de los tiempos.
Segundo, que busca permanentemente la excelencia.
Y, por último, que, a pesar de reconocer la omisión indebida del vídeo, ello no altera el resultado. En esto estamos todos de acuerdo, pues lo exige la propia competición.