Sobre la reclamación de la AFE por la no designación de árbitros para los encuentros: ¿Hacer huelga o quemar la fábrica? Javier Rodríguez Ten Inmersos ya en el culebrón deportivo del presente verano, que es la huelga de futbolistas profesionales (dejando aparte lo del dedo en el ojo de Mourinho), y tras verificarse la no celebración de la primera jornada, sorprenden las quejas y recriminaciones de la AFE en relación al no envío de árbitros a los encuentros señalados. Y sorprenden desde un punto de vista legal, puesto que guardan relación directa con la normativa aplicable al supuesto, lo que nos sitúa en otro escenario muy diferente: o la AFE no conoce la reglamentación de la Federación en la que sus afiliados ejercen su actividad (lo cual resultaría alarmante, muestra de la soberbia y el egoísmo que caracteriza a esta casta privilegiada que son los futbolistas profesionales de élite) o, caso contrario, no le importa arruinar por completo al fútbol español, en claro perjuicio de los futbolistas más modestos de Primera y Segunda División “A”, otro claro exponente, idéntico al anterior, de su alejamiento de la realidad que nos envuelve en estos días.
En concreto, la AFE emitió el siguiente comunicado oficial el viernes 18 de agosto, justo antes de la jornada no disputada:
“La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) informa que ha tenido conocimiento de que, por parte de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), se solicitó a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) la reasignación de la 1ª Jornada del Campeonato Nacional de Liga en Primera y Segunda División A, medida a la que se opuso AFE por considerarla una práctica antihuelga.
A través de conversaciones con la RFEF y que han sido publicadas en distintos medios de comunicación, se nos ha informado por parte de dicho organismo, que se ha dado orden a los árbitros designados para la 1ª Jornada del Campeonato Nacional de Liga de Primera y Segunda División A, de no acudir a los encuentros programados.
En esta situación y con independencia de que la AFE considera que las decisiones impulsadas desde la LFP constituyen prácticas contrarias al derecho de huelga y a la libertad sindical, entendemos que los partidos, resultan claramente irrealizables.
Como consecuencia de las decisiones de la LFP, cualquier actuación de los clubes dirigida a recabar de los jugadores su conformidad o no, a la convocatoria de los partidos programados, resulta una manipulación carente de sentido, que nos ha llevado a aconsejar a nuestros afiliados, el no corresponder en estas prácticas.
Finalmente, queremos transmitir que nos sentimos orgullosos del apoyo y muestra de solidaridad, que recibimos constantemente de todos nuestros afiliados, prueba de que la práctica de estas medidas impulsadas por la LFP, es el resultado de que nuestro trabajo ha sido el correcto y de que vamos por el buen camino”.
Pues debemos decir sin tapujos que pedir que los árbitros acudan a los encuentros señalados durante las jornadas de huelga es algo similar a las huelgas revolucionarias que culminaban con la quema de la fábrica… y la ruina de los huelguistas.
Con la huelga se ha alterado el calendario de una competición prolongada, con escasas fechas libres y multimillonaria; se han visto afectados todos los aficionados, socios o no de los clubes, que pretendían presenciar los encuentros por televisión (a la que pagan por tener dicha opción, que luego vuelven a pagar) o presencialmente (debiendo suspender o modificar desplazamientos ya contratados, caso de las peñas); hay gente que incluso había programado sus vacaciones para poder asistir al primer partido de su equipo; las televisiones (que pagan por ello a los clubes, por lo que ya existe repercusión económica) y las radios han tenido que alterar sus parrillas de programación, y se han tenido que devolver entradas ya pagadas.
Parece suficiente argumento de presión, pero no para la AFE, que reclama que se envíen árbitros para que las jornadas de huelga se tengan por disputadas.
A primera vista, parece una queja razonable, toda vez que si la jornada se celebra en otra fecha, y partiendo del hecho de que los jugadores “sólo” hacen huelga en relación a la disputa con sus clubes de los partidos oficiales de la liga española (no en la Supercopa, ni en amistosos, ni en partidos internacionales), la mencionada huelga no ha existido como tal, al menos plenamente. Incluso no cabría ni el descuento de salarios, puesto que el “trabajo” se habría recuperado. Y se podría apreciar el seguimiento real mediante el recuento de los jugadores profesionales que han participado en los encuentros. No enviar árbitros a los partidos equivale en la práctica al aplazamiento de la jornada, puesto que ese “notario deportivo” no levantará acta respecto de quién ha comparecido para disputar el evento y quién no, o en qué condiciones lo ha hecho (número de jugadores, si son de la primera plantilla o de equipos filiales o dependientes, etc.).
Sin embargo, la AFE no ha tenido en cuenta que el Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol considera como incomparecencia (artículo 77) tanto que un equipo no acuda a disputar el partido que tiene señalado como que lo haga sin alinear al menos a siete jugadores (mínimo para empezar el partido conforme a la Regla de juego FIFA nº 3), que además deben ser de los inscritos en su primera plantilla, requisito que debe mantenerse durante todo el encuentro (artículo 223 del Reglamento General de la RFEF, al que remite el anteriormente indicado artículo 77 del Código Disciplinario).
Por lo tanto, si los jugadores no acuden en fecha y hora a los terrenos de juego donde les espera el árbitro, se tendrá a los equipos por incomparecidos, del mismo modo que si los clubes presentan menos de siete futbolistas. Pero incluso de disputarse el evento completando las alineaciones con filiales, dependientes, juveniles, etc., si no se alcanza en todo momento un mínimo de siete jugadores inscritos en la primera plantilla, la reglamentación federativa equipara dicha circunstancia con la incomparecencia.
¿Y qué importancia ofrece este hecho? Como veremos, las sanciones aplicables.
En competiciones regulares o por puntos, la primera incomparecencia se castiga con la pérdida del partido por tres goles a cero, una multa y el descuento de tres puntos. Ahora mismo todos los equipos tendrían 3-0 en su contra y una puntuación de menos tres.
El problema es que la segunda incomparecencia se castiga con pérdida del partido por tres goles a cero, multa y exclusión de la competición con descenso de categoría. Este es el verdadero problema. Si la Federación enviara árbitros durante estas dos jornadas, la semana que viene todos los equipos de primera división descenderían a segunda división, y la Liga BBVA se daría por terminada hasta la temporada siguiente. Del mismo modo, todos los equipos de segunda división abandonarían la Liga Adelante para descender a Segunda División “B”, sin competición hasta la temporada que viene.
Al respecto, tanto los comités disciplinarios de la Real Federación Española de Fútbol como el Comité Español de Disciplina Deportiva, en diferentes resoluciones, han estimado que las huelgas o plantes de jugadores por problemas económicos no constituyen supuestos de fuerza mayor que eludan o atenúen siquiera la responsabilidad disciplinaria de los clubes que las sufren, a los que han castigado sin piedad aplicando la citada normativa. Como último precedente, recordemos el caso de la A.D. Cerro Reyes en Segunda División” “B” el año pasado, pero hay muchos más. Claro, que no con ocasión de un conflicto generalizado, como es el caso. Pero los argumentos son los mismos.
Obvia profundizar sobre las repercusiones económicas directas e inmediatas derivadas del descenso de una categoría de todos los clubes de la competición profesional la segunda jornada de Liga, dándose por terminados los campeonatos hasta dentro de un año (patrocinadores, publicidad, socios, taquillas, derechos audiovisuales, merchandising…). Del mismo modo, se adivinan las consecuencias sobre el sueldo de los jugadores y sus contratos de imagen y publicidad. Por no hablar de su mantenimiento durante la temporada siguiente, cuando la Liga BBVA estuviera integrada por equipos procedentes de la Segunda División B, la Liga Adelante por los equipos de primera división del año anterior (que no podrían clasificarse para competiciones europeas y de los que ascenderían tres por año) y la ruinosa Segunda División B reforzada por veintidós equipos procedentes de la Liga Adelante…
¿Es o no incitar a quemar la fábrica (valga el símil) pretender que la Federación designe los árbitros para las jornadas de huelga en el marco de este conflicto generalizado? ¿Desconocimiento, irresponsabilidad o ambas cosas?
La LFP contra todos, ¿o
viceversa?
Javier Rodríguez
Ten
16 de agosto de 2011. El culebrón
deportivo de este verano bien podría denominarse “la Liga Nacional de Fútbol
Profesional contra todos”. Atrás quedaron otros sucesos que animaron, a nivel
jurídico-deportivo, las pretemporadas de años anteriores (Granada 74 sí, Granada
74 no; amaño de partidos por parte del Hércules sí, amaño de partidos por parte
del Hércules no, etc.). LEER TEXTO COMPLETO
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