16 de octubre de 2009 |
EDITORIAL
El deporte, gravemente amenazado por un sector económico externo: las apuestas Por si el fútbol no tuviese suficientes problemas estructurales (derechos de TV, tensiones entre ligas y federaciones, etc...) resulta que emerge un nuevo sector económico que vive como un parásito del esfuerzo de los agentes deportivos hasta el punto de contaminarlo. El desregulado mercado de las apuestas -desgraciadamente llamadas- deportivas amenaza la salud del deporte mundial como nunca antes en su historia.
La "lava volcánica" que expulsa este sector está tocando de lleno al fútbol europeo, una vez ha arrasado en otras partes del planeta, especialmente en Asia.
Ahora bien, una cosa es la detección puntual de casos de compras de partidos en las rectas finales de los campeonatos, que siempre han existido aunque no siempre han sido sancionados, algo consustancial a la condición humana y que todos habíamos integrado como parte de escenario, y otra muy distinta que el advenimiento de un mercado ajeno a la competición ponga en solfa cada semana su propia credibilidad y amenace su existencia, al menos en el formato que tanto éxito ha tenido hasta ahora.
"Los manipuladores de partidos y el crimen organizado llegarán a Europa y destruirán su deporte de la misma manera que lo destruyeron en Asia", advirtió en 2007 un reconocido periodista canadiense que dedicó los últimos tres años de su vida a investigar el tema.
Es importante por tanto acotar las causas que propician que el deporte sea utilizado de manera perversa para lucrarse ilegítimamente. Este es el asunto y no es fácil atajarlo, pero ello es responsabilidad de las instancias políticas estatales y supranacionales, más que de la UEFA o la FIFA. Las asociaciones internacionales deportivas carecen de recursos jurídicos suficientes para atajar el problema de raíz. Y es que el asunto excede los límites del deporte. Existen apuestas legales en diversos sectores, pero además hay todo un mercado ilegal, una nueva mafia de apostadores. Se han publicado datos según los cuales entre el 80 y el 90 por ciento de las apuestas deportivas se llevan a cabo en el mercado ilegal de Asia, lo que complica notablemente la solución al tratarse de un problema global. Lógicamente, lo que persiguen es burlar los métodos de identificación de los apostantes.
LA UEFA Y LAS APUESTAS
Estos días ha corrido alguna tinta acerca de una investigación de la UEFA sobre presuntos amaños de partidos con el emergente sector de las apuestas como telón de fondo. Se habla de una investigación respecto a 40 clubes y que la UEFA estudia aplicar durísimas sanciones que podrían llegar a la inhabilitación a perpetuidad. Por cierto, es preocupante – y contrario al ordenamiento jurídico- que se esté llevando a cabo dicha investigación sin conceder a los clubes afectados la ineludible audiencia, es más, sin notificarles siquiera que aquella se está realizando, pero este punto lo dejamos para otra ocasión.
La UEFA podría llegar a la convicción (acreditada) de que determinados agentes deportivos han alcanzado acuerdos proscritos para predeterminar el resultado de partidos y aplicar las pertinentes sanciones, pero ello no resuelve el problema de fondo.
Son los gobiernos y las organizaciones políticas supraestatales, no las deportivas, los llamados a buscar soluciones y es a ellos a los que tenemos que dirigir la mirada si en verdad queremos preservar los primigenios valores del deporte de los nuevos vándalos que lo asechan.
EDITORIAL DE IUSPORT 15 de octubre de 2009
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Modificado el ( 18 de octubre de 2009 )
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