EL DOPAJE DE MARIHUANA DE REBAGLIATI

EN NAGANO ´98


Rebagliati mantiene su medalla.

EL PAIS DIGITAL. 13 FEBRERO 1998.
JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ, Nagano

El Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) decidió ayer admitir el recurso de la Asociación Olímpica Canadiense (AOC) y revocó la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) y de su comisión médica de descalificar al ganador del gigante de snowboard, Ross Rebagliati. El TAS, organismo creado a instancias de Juan Antonio Samaranch, señaló que no es un tribunal penal y por lo tanto no puede sancionar si no está clara la reglamentación deportiva en el caso del uso de marihuana. No existe base jurídica para la sanción, pues en el código médico del COI sólo se habla de su «uso restringido», no de su prohibición absoluta como si de un anabolizante se tratara. Ni siquiera hay cantidad límite, como sucede en la Federación Internacional de Esquí (FIS), por lo que tampoco sirve para sancionar que se le detectaran 17,8 nanogramos por mililitro, por encima de los 15 permitidos.

El TAS, en su sentencia, dice que eso no significa que aplauda el uso de la marihuana, y recuerda que desde el punto de vista ético y médico se trata de una preocupación seria. Pero que se ha visto con las manos atadas.

El snowboard, sin embargo, está más que marcado. Nunca en la historia del olimpismo unos participantes habían montado tanta bronca en tan poco tiempo. Tras el dopaje con marihuana de Rebagliati la misma noche del miércoles, organizó la marimorena en su hotel el austriaco Martin Freinademedtz, séptimo clasificado también en gigante y una de las figuras de la especialidad, en la que ya ha ganado dos títulos mundiales. Su perfil es muy significativo. Se aficionó al snowboard tras ver Apocalypse Now y él mismo dice que es agresivo mental y físicamente. Por ese estilo que traspasa a las pistas se le ha denominado Terminator. Según ello no es extraño lo que protagonizó tras una fiesta un tanto salvaje. Se bebió una enorme cantidad de cerveza y completamente borracho derramó el resto en el mostrador de la recepción del hotel y por la centralita de teléfonos, causando destrozos por valor de 50.000 yenes, unas 70.000 pesetas. Fue expulsado del hotel y se esperan otras medidas.

Rebagliati, mientras tanto, aunque ha ganado ya deportivamente, aún arreglaba ayer su situación con las autoridades japonesas. De momento, conoció la decisión mientras declaraba en una comisaría de policía a 30 kilómetros de Nagano, y de donde la AOC no esperaba que llegara hasta pasada la medianoche. Se sacó la medalla del bolsillo y se la colgó delante del comisario. Luego de su estrambótica confesión para defenderse de que había inhalado la marihuana mientras fumaban unos compañeros, se presentó a la policía antes de que vinieran a buscarle .

Alberto Tomba, que llegó ayer en busca de más gloria para el eslalon y el gigante de la semana que viene, no quiso pronunciarse sobre el caso, pero cuando le preguntaron si hubiera hecho snowboard, surf de nieve, dijo: surf, pero en la playa, de verano. Michael Michalchuck, uno de los canadienses que participó por la mañana en el half pipe (medio tubo) y acabó octavo, desplegó una pancarta nada más acabar su primera ronda con este lema: «Ross es el campeón, devolvedle la medalla». Aunque con mucho humo, eso sí, vuelve a ser suya.

ANTECEDENTES DEL CASO

Rebagliatti, ganador del gigante en snowboard, envuelto en un escándalo de dopaje.

EL PAIS DIGITAL. 12 FEBRERO 1998
JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ, Nagano

Por fin hay Juegos. Esa era la frase general a primera hora de la mañana del miércoles en Nagano y sus alrededores. El sol lucía espléndido tras varios días infernales que habían provocado el caos en la organización y las nubes dejaban ver lo raro que es el clima aquí. Montañas más bajas completamente nevadas, mientras otras más altas sin un solo copo. Pero al menos todo se podía disputar, al fin, según estaba programado. Parecía demasiado bonito y deportivo. Pero pronto saltó la bomba. Ross Rebagliatti, el primer campeón olímpico de la historia del snowboard, la nueva tabla de nieve, había dado positivo con marihuana en el control antidopaje efectuado tras su victoria en el gigante del domingo. En principio, quedaba descalificado tras una decisión apretadísima tanto de la comisión médica como de la ejecutiva de Comité Olímpico Internacional (COI).

El Comité Olímpico Canadiense (COC) recurría inmediatamente la sanción y el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) creado por el COI para intervenir en conflictos así, evitando que los casos de justicia deportiva pasen a la ordinaria, se reunió ayer para resolver definitivamente sobre un asunto que ha creado gran polémica. Aunque la marihuana no sea un dopaje grave, e incluso contraproducente para modalidades de esfuerzo, sí está abierto un debate sobre la ética de su uso en el deporte. ¿Puede un campeón olímpico ser consumidor? Por lo pronto, al estar prohibida la marihuana en Japón, país cuya legislación es muy dura sobre las drogas, la policía ha tomado cartas en el asunto, porque Rebagliatti, que no quiso aparecer en público y mandó decir unas palabras infantiles por boca de su entrenador, ha dicho que ha dado positivo por ser fumador pasivo en un cuarto con varios compañeros. Su defensa ha causado risa a todo el mundo, máxime cuando el propio COC reconoció ayer mismo públicamente que en abril de 1997 se le detectó también marihuana en un control y que en dos pruebas posteriores se le encontraron «rastros». En principio, eran inferiores a los 15 nanogramos por mililitro que permiten los controles antidopaje. Rebagliatti dio 17,8, sólo un poco más y, desde luego, muy inferior a lo que daría si se hubiese fumado un porro completo. Pero quizá se le escapó una calada.

La marihuana y sus derivados se encuentran entre los productos prohibidos por el COI y por la Federación Internacional de Esquí, en cantidades superiores a la señalada, pero no por otras federaciones dentro del maremágnum que aún existe en los controles de dopaje. Pero sí está en el código médico del COI y en la Carta Olímpica. Sin embargo, al ser considerada su detección falta leve, queda abierta incluso la no suspensión. Incluso el COC pedía ayer sólo «una reprimenda severa». Se señala sobre la marihuana que «según el caso puede (may, la palabra inglesa abierta a todo) ser sancionado». De hecho, la comisión médica decidió la sanción por 13 votos a 12 y la comisión ejecutiva por 3 votos a 2 y dos abstenciones. Estuvieron presentes, con Samaranch siempre sin votar, según su costumbre, los cuatro vicepresidentes, Keba MBaye (Senegal), Pal Schmitt (Hugría), Anita DeFrantz (Estados Unidos) y Richard Pound (Canadá) (que se abstuvo), y tres miembros más.

Rebagliatti, soltero de 26 años, 1,78 metros de estatura y 81 kilos, sólo hizo estudios secundarios en su Whistler natal, en Vancouver, y es un enganchado más a la nueva fiebre del snowboard, mirado muy de lado por el esquí clásico, cuyos representantes no se han sorprendido lo más mínimo de este caso, consecuencia, dicen, del culto a la libertad que predica la modalidad.

Lo que sí ha sonado a hipocresía y a racismo es la defensa a ultranza de la medalla que Canadá está haciendo en este caso, aunque sea incomparable con el de Ben Johnson con anabolizantes en 1988. En el COC se limitan a decir que es un debate social y ético más que deportivo. Y que la medalla es suya. La decisión sobre la apelación del COC está ahora en manos del tribunal especial del TAS, formado por los abogados Rchard Young (EE UU), Jan Paulsen (Suecia) y Maria Zukowitz (Polonia), designados por la presidenta, Gabrielle Kauffmann, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ginebra.

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