Viernes
4 diciembre
1998 - Nº 945

 

 

 



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DEPORTES
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El ONCE contraataca en Francia con una defensa del uso terapéutico de sus fármacos

La policía registró al equipo español por su retirada precipitada del Tour y no por las acusaciones de Zülle

LUIS GÓMEZ / CARLOS ARRIBAS, Madrid
Los medicamentos que encontró la policía francesa cuando registró el autobús del ONCE en el pasado Tour estaban justificados, según consta en un certificado médico oficial que obra en posesión del juez de Lille, Patrick Keil, quien investiga el caso Festina y que inculpó al médico del equipo español, Nicolás Terrados, por infringir presuntamente la ley antidopaje francesa. El juez conocerá las próximas semanas el análisis de los fármacos requisados el pasado 29 de julio en el autobús del equipo español en el hotel Château de Candie, en Chambéry.

En la lista de medicamentos se especifican algunos compuestos que podrían dar positivo, razón por la cual el equipo ONCE teme la repercusión de una filtración interesada de este dato en la prensa francesa. "Creemos haber probado", dice un portavoz de la ONCE, "que se disponía de esos medicamentos para un tratamiento terapéutico". Según ha podido saber EL PAÍS, en ese documento, un certificado médico oficial expedido el pasado 18 de marzo, figura una lista con todos los medicamentos que se transportaban en el botiquín del autobús de la ONCE "para cubrir cualquier eventualidad médica de los 20 corredores y los 18 auxiliares durante toda la temporada ciclista". Hay antibióticos, antigripales, antiasmáticos, productos dermatológicos, antidiarreicos, antiácidos, antiinflamatorios, vitaminas, productos para la diabetes y otras substancias de necesidad terapéutica, y ninguno en cantidad exagerada.

Según se desprende del sumario abierto por Keil, que contiene, sobre todo, los interrogatorios a los corredores del Festina que abandonaron el Tour, la decisión del juez de investigar a la ONCE no surgió por las declaraciones incriminatorias de algún corredor del equipo francés que militó antes en la ONCE, como era el caso de Zülle, Dufaux o Stephens: en ellas no hay ningún principio de prueba que señale al equipo español. Fue la retirada repentina del ONCE del Tour de Francia el hecho que despertó las sospechas de la policía y decidió el posterior registro.

Los medicamentos hallados en el registro son todos perfectamente legales y ninguno podría desencadenar una persecución penal. Algunos, como el conocido antigripal Couldina y la teofilina (antiasmático), darían positivo en un control antidopaje si se los administrara un corredor. Otro, la cafeína, sólo da positivo a partir de una determinada cantidad. Fue por ello por lo que el equipo decidió contar con el certificado para evitar problemas aduaneros y con la policía francesa. La ley antidopaje francesa de 1989, endurecida la pasada semana por el Parlamento, tiene carácter penal y castiga la administración y la incitación al consumo de sustancias dopantes. El temor de la ONCE en estos momentos es que se pueda manipular la información del sumario y se divulgue, sin mayor explicación, que en el autobús del equipo español había productos dopantes, silenciando la licitud de la tenencia de tales productos.

Fuentes del ONCE confían en que, si el juez no consigue demostrar que se suministraba EPO a los corredores, no podrá perseguir penalmente a Terrados y al equipo porque nunca se han encontrado EPO en posesión de la ONCE.

El interrogatorio a los corredores del Festina, según se desprende del sumario, fue dirigido, más que a incriminar a ese equipo, a relacionar al ONCE con un asunto de dopaje. Todo ello parte del hecho de que los corredores que terminaron reconociendo haberse dopado, para ser exculpados, argumentaban que se trataba de una práctica generalizada en los equipos.

Frente a esa declaración, el juez francés puede contar con una copia de los centenares de controles antidopaje, todos negativos, que el ONCE ha pasado en los últimos cinco años. También tiene los controles sobre el porcentaje de glóbulos rojos en la sangre (hematocrito), una práctica para buscar indirectamente el consumo de EPO que la UCI inauguró precisamente con el ONCE en marzo de 1997 (la EPO aumenta precisamente el nivel de glóbulos rojos). Esas pruebas intentan demostrar que en el equipo español no hay cultura de dopaje y que los medicamentos hallados en el autobús tenían una justificación terapéutica sin más.

Terrados puede seguir ejerciendo la medicina dentro del ONCE en todo el mundo menos en Francia. Es la única cautela judicial que pesa sobre él.

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