Por Juan Luis ESPADA CORCHADO
Desde hace ya algunas temporadas, los seguidores y aficionados del fútbol de éste país, venimos notando como los clubes de la 2ª división B de nuestro deporte-rey, van paulatinamente languideciéndose, entrando en una especie de pozo profundo del que es difícil salir hacia la segunda división A y de la que, sin embargo, es fácil bajar hacia el fútbol regional de la 3º división.
La tan profunda y cacareada crisis económica que estamos padeciendo, está golpeando a todos y cada uno de los sectores de la economía, repercutiendo sobremanera en el fútbol, hasta el punto de que más de 60 equipos de los 80 que forman los cuatro grupos de la segunda B se van a ver envuelto dentro de unos días, en problemas con sus jugadores por razones de impago de salarios. La deuda de tales clubes por éste concepto al final de temporada superará los 60 millones de euros.
La segunda división B es una categoría cuya competencia la ostenta la Real Federación Española de Fútbol, y en éste sentido, debemos tener muy presente lo prescrito por el artículo 104 del Reglamento federativo, donde se prevé el descenso de categoría a la 3ª división para aquellos clubes que el último día hábil del mes de julio no se encuentren al corriente de las obligaciones con sus jugadores y técnicos.
Ahora bien, la vigente Ley 22/2.003, de 9 de julio, Concursal, se ha mostrado como una solución muy interesante para aquellos clubes en difícil situación económica, aunque dicha Ley no puede ser considerada en modo alguno como una panacea universal; si es verdad que su aplicación por los Juzgados de lo mercantil ha provocado dos efectos de sosiego para los clubes; en primer lugar, la paralización de las deudas y, en segundo lugar, dejar de pesar sobre ellos la tan temida “espada de Damocles” del descenso de categoría.
Ante las ventajas evidentes que la Ley Concursal ofrece a los clubes, y teniendo en cuenta la situación económica por la que estamos pasando, es obvio que cada vez más entidades deportivas han solicitado ante el Juzgado de lo mercantil el concurso voluntario que conlleva la inaplicación del artículo 104 del Reglamento federativo, siendo por el contrario los futbolistas los grandes perjudicados por la desaparición del mecanismo previsto en el artículo de referencia que le garantizaba el pago de sus salarios.
Dentro de unos días, vamos a ser testigos de la paradoja que consiste en el ascenso a 2ª B de clubes de 3ª división que no le han conseguido en el terreno de juego y que por mor de su economía o de algún mecenas que pone su pecunio, si lo consiguen y, por otro lado, el camino opuesto, el descenso al fútbol regional de la 3ª división o lo peor de todo, la desaparición de clubes de 2ª B por impago de sus deudas. Son las dos caras del fútbol, pero sobretodo estamos hablando de la precariedad de una categoría de nuestro fútbol, cuya rentabilidad económica es, a la vista de los acontecimientos, bastante deficiente.
Cáceres, 21 de mayo de 2.009
Fdo: Juan Luis Espada Corchado
(especialista en Derecho Deportivo)
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