NAMING
RIGHTS
Del Rich Stadium al Teatro Häagen Dazs
Antonio J. ROCA ALOMAR Abogado. Equipo del Deporte de Cuatrecasas
Llevar a tus hijos al Colegio Toys R Us, ir a ver una pelÃcula a los
Cines Honda, hacerse una radiografÃa
en el Hospital Coca-Cola, coger el
tren en la McDonalds Train
Station o ir a ver a nuestro grupo musical favorito al Carlsberg Arena. Todas estas situaciones que pueden antojársenos
propias de pelÃculas futuristas no lo son, y la realidad nos dice que estamos
mucho más cerca de este escenario de lo que nos imaginamos.
Las marcas inundan nuestra vida.
Se calcula que cada dÃa vemos u oÃmos más de 200 anuncios publicitarios, en los
que las marcas explotan todas las formas posibles de comunicación, publicidad y
patrocinio para dar a conocer sus productos y “enganchar†a los consumidores.
Sin duda alguna el mundo de los
deportes, por la cantidad de gente que arrastra y por los valores que promueve,
se ha convertido en uno de los referentes del mundo publicitario. Basta ver las
astronómicas cifras que se mueven en la Superbowl
cada año, donde se paga la “módica“ cantidad de 2,5 millones de dólares por
cada 30 segundos de anuncio, o lo que es lo mismo, 60.000 € por segundo de
anuncio.
En su afán por explotar nuevas
fórmulas de patrocinio, las marcas han apostado desde hace más de 30 años por
una nueva vÃa que está abriéndose paso cada dÃa con más fuerza en el mundo
deportivo y no deportivo también: los naming
rights.
Origen
El naming right, que en una primera aproximación podrÃamos traducir como
“derecho de nombre†o “derecho para nombrarâ€, es una fórmula de patrocinio en
la que el anunciante-patrocinador compra el derecho a dar su nombre a un
estadio o una instalación –ya sea ésta un cine, un teatro, un centro comercial,
etc.-, que toma asà el nombre de la marca patrocinadora.
Estas acciones de naming rights empezaron hace más de 30
años en el contexto deportivo americano de masas (NFL, NBA, etc.), para ir
abarcando poco a poco todos aquellos espectáculos con gran capacidad de convocatoria
y que, por ello, cuentan con una repercusión amplia e inmediata en el público o
en los consumidores.
El primer acuerdo de naming right del que se tiene constancia
se remonta a 1972, cuando Rich Products
Corp., una empresa americana de alimentación, llegó a un acuerdo con los Buffalo Bills de Nueva York para llamar
a su estadio “Rich Stadium“, en un
acuerdo que se cerró por un plazo de 25 años a razón de 1,5 millones de dólares
por año (de aquellos tiempos).
LEER TEXTO COMPLETO
|