29 de julio de 2012 |
COACCIÓN en el FÚTBOL
Por Hernán Ferrari
El deporte de alto rendimiento se ha tornado inevitablemente profesional. La idea de amateurismo del atleta olímpico que sintetizó Avery Brundage en su célebre frase sport is sport, business are business murió durante la presidencia de Samaranch, el presidente del COI que lo sucedió a Brundage.
Los encargados de operar dentro del deporte tienen el imperativo de reconciliar una serie de potenciales conflictos. Una competencia de atletismo o natación puede ser una carrera que termina en menos de 10 segundos, pero la inversión realizada para lograr el triunfo del atleta que ganó en esos 10 segundos es un trabajo que insume muchos años a los clubes, técnicos, padres, agentes, patrocinadores, periodistas, todos ellos integran un plexo que son pilares interesados en el outcome. ¿Hay alguna sorpresa, entonces, que si el atleta (o equipo) no gana, exista una tendencia creciente a cuestionar al sistema o proceso que produjo el resultado? A ello se debe agregar los conflictos que surgen de las obligaciones contractuales y estatutarias.
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Hernán
Ferrari es abogado y árbitro del TAS/CAS.
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Modificado el ( 31 de julio de 2012 )
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