IUSPORT: EL OTRO LADO DEL DEPORTE

Acabo de ver la eliminaciÃ³n (que no derrota, porque no ha perdido y porque nos ha enamorado) del GETAFE en la Copa de la UEFA.

Un cÃºmulo de emociones aparentemente opuestas se sucedÃan de forma demoledoramente intensa. Â¿No es eso el deporte? Ellas son las que lo hacen tan extraordinario. Como en el arte, buscamos en el deporte acercarnos a lo absoluto, a lo infinito, a todo aquello que nos conduzca a trascendernos a nosotros mismos para alcanzar cotas quizÃ¡s no habituales, pero a las que estamos llamados por vocaciÃ³n natural.

Acabo de ver y vivir todas esas emociones y, todavÃa rumiÃ¡ndolas en mi espÃritu, recuerdo que sigo teniendo motivos para creer en el deporte y en su capacidad para sacar lo mejor de las personas; pero tambiÃ©n recuerdo, con tristeza, que a veces lo empobrecemos con la violencia (la fÃsica y la verbal) hasta degradarlo y degradarnos.

Creo que nos equivocamos (vaya yo por delante) si depositamos nuestras esperanzas Ãºnicamente en los resultados de los partidos y de las competiciones. Es preferible (y es tambiÃ©n mÃ¡s verdadero, mÃ¡s puro y mÃ¡s humano) apasionarse con la propia superaciÃ³n; con la gallardÃa en la victoria y la mano tendida en la derrota; con la aceptaciÃ³n de los vientos favorables de la fortuna, y los reveses de las adversidades.

Ese es el camino para que el deporte nos ayude a vivir una vida humana. Porque, no lo olvidemos, el deporte sÃ³lo es un medio de dignificar al ser humano. Nada mÃ¡s. Y nada menos.