De Lola Flores a Leo Messi Por Xavier-Albert CANAL GÓMARA
La querella de la Fiscalía contra Messi por un presunto delito fiscal me ha remontado a la época en que José/Josep/Pepe Borrell era Secretario General de Hacienda del Gobierno de Felipe González y yo todavía peinaba pelo castaño, estaba a punto de licenciarme en Derecho y en la vida se me había pasado por la cabeza dedicarme al tributario. Año 1984.
El entonces Secretario de Hacienda inició una verdadera batalla contra el fraude fiscal. Como parece habitual, la mayoría de las inspecciones se llevaron a cabo en Catalunya, a través del brazo ejecutor del Delegado de Hacienda en esta Comunidad/nacionalidad, D. José María Huguet, que con los años fue imputado por diversos escándalos fiscales. Pero hacía falta el ejemplo, el demostrar que nadie era intocable y que todos los ciudadanos/súbditos del Reino eran iguales ante Hacienda. La escogida fue uno de los iconos patrios: Lola Flores, la Lola de España. Para ser rigurosos, en menor medida, el polifacético Pedro/ito Ruiz también fue tocado por la mano de la Hacienda española.
Han pasado los años. Yo, con menos pelo y grisáceo, me he dedicado profesionalmente y en actividad docente a los impuestos; Borrell, después de haber sido diputado y presidente del Parlamento Europeo, está casi, sino totalmente, jubilado; y Huguet fue condenado por delito fiscal y falsedad, junto con el ex presidente del Barça, hoy reaparecido en los medios, José Luís Núñez. Casi treinta años después se hace el remake.
Dudo que nadie, excepto quienes lo practican y nunca públicamente, defienda la mal llamada evasión fiscal. Y aún menos en momentos de quiebra del Estado del Bienestar, presuntos sobresueldos a políticos en sobres, infraestructuras millonarias sin uso y descrédito generalizado, ganado a pulso, de la política y en la que la mayoría de los ciudadanos son cosidos a impuestos, directos e indirectos.
Sentado lo anterior, que los deportistas de élite, con importantes emolumentos, a través de un entramado de sociedades desperdigadas por el mundo, intenten pagar los menos impuestos posibles es práctica habitual. Cada dos por tres tenemos algún ejemplo: Arantxa Sánchez Vicario con residencia en Andorra; Rafa Nadal con sociedades en el País Vasco, etc. Y fuera del territorio ibérico, también. Alguno, artista no deportista, hasta se nacionaliza ruso.
El Caso Messi
En el que nos ocupa, la operativa es sencilla. El deportista, o allegados y/o testaferros, constituyen una sociedad en un territorio de baja tributación y opacidad en facilitar información a otros estados. Un paraíso fiscal, vamos. El jugador cede a la sociedad, a su sociedad, la gestión de sus derechos de imagen a cambio de una módica cantidad. Esta sociedad contrata como agentes comisionistas a otras sociedades radicadas en países permisivos, en cuanto a las relaciones con los de baja tributación e incluso, si los socios son no residentes, con fuertes beneficios fiscales. Éstas, por supuesto, también tienen como partícipes al jugador o a quién éste desee. Son las que llegan a los acuerdos, normalmente con multinacionales, para que el jugador publicite sus productos. Cobran su comisión y el montante importante es pagado a la primera de las sociedades. Evidentemente, y ahí el ilícito, no declara nada en el país de residencia que es lo preceptivo. Por cierto, no hace falta que el deportista o sus familiares o testaferros se desplacen al paraíso fiscal en cuestión para constituir la mercantil. Hay bufetes que se encargan de todo. Por Internet se encuentran fácilmente.
¿Nos encontramos ante un delito fiscal? Ni idea. Nos falta la información para valorar. Será el juez, si se llega a juicio, el que lo tendrá que fallar. Conociendo a los asesores del jugador me extrañaría. Son de los buenos. Hay un hecho que no nos debe pasar por alto: el primer contrato de cesión de imagen del jugador lo firman los padres ya que el futbolista era menor. Con mayoría de edad, él lo ratifica en una notaría de Barcelona. Sabiendo, como se sabe, que los Notarios están obligados a informar a la Administración de las operaciones en las que intervienen, sería poner en bandeja a la Agencia Tributaria sobre la pista de una posible elusión fiscal.
¿Cómo tiene Hacienda esa información?
Cómo ha llegado la Fiscalía a descubrir el presunto entramado es desconocido. Máxime si, como se afirma –hay versiones contradictorias- los abogados/fiscalistas de Messi no sabían nada de la investigación. Existen los acuerdos de intercambio de información fiscal entre países, pero con Belice, donde está domiciliada la sociedad a la que la Fiscalía señala como depositaria de los derechos de imagen del futbolista, no hay. Puede que provenga de un Plan de Control Tributario. En el 2012, como casi siempre, se tenían bajo mira los deportistas y clubes profesionales y alguien investigado pudiera haber dado pistas. O por denuncia. Alguien ha apuntado que el primer asesor del jugador, que hace años que dejó de serlo, es el causante. Chi lo sa!
¿Y por qué ahora? Podemos pensar que la Fiscalía ha querido evitar la prescripción del presunto delito fiscal del 2007. Estamos en plazo de presentación de las declaraciones-liquidaciones del ejercicio 2012. Este tipo de delitos prescriben a los cinco años (las infracciones administrativas lo son a los cuatro). En julio ya no se podría entrar en el ejercicio del 2007.
Podemos estar tranquilos
En todo caso, los culés debemos descartar que nuestro Messías en el campo pase un día en una incómoda celda. Además de irreverente, en caso que hubiera algún ilícito el Código Penal prevé evitar la prisión regularizando con los recargos correspondientes y sanciones.
El club está exento de sospecha. Los pretendidos cobros por los derechos de imagen son de sociedades, multinacionales, con domicilio fuera del Estado español. Los que paga el Barça están libres de toda duda. Declarados y bien declarados. Hoy por hoy, y con permiso de Qatar, mantiene su sede en Barcelona.
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