29 de abril de 2013 |
La FIFA acusa de soborno a Havelange cuando su delito ha prescrito

Joseph Blatter estiró la cuerda hasta donde pudo. Finalmente ha optado por abandonar a su suerte a su mentor, Joao Havelange, y a otros trece dirigentes de la FIFA. Eso sí, antes se aseguró de que los delitos hubiesen prescrito. Blatter fue secretario general de la FIFA en la época de Havelange.La comisión de investigación creada ad hoc por la FIFA ha emitido un demoledor informe en el que señala a Joao Havelange, anterior presidente de FIFA (de 1974 hasta 1998), al expresidente de la Confederación Brasileña (CBF) Ricardo Teixeira, al paraguayo Nicolás Laoz, al expresidente de la Concacaf Jack Werner, y a otros diez dirigentes cuyos nombres hará público FIFA en los próximos días y que podrían señalar a algunos miembros más del ejecutivo de FIFA.
Se les acusa , tal y como lo hiciera un fiscal suizo en 2010, de haber utilizado el nombre de FIFA para beneficiarse económicamente, recibiendo importantes sobornos que alcanzarían los 20 millones de euros, entre 1992 y el año 2000.
El detonante hay que buscarlo en la información publicada en Inglaterra por la BBC en 2010 y que hablaba de tráfico de influencias de dirigentes del máximo organismo del fútbol mundial con la compañía de marketing International Spors and Leisure (ISL) para obtener los derechos televisivos de diferentes mundiales.
El brasileño que fuera hombre fuerte del fútbol mundial dejará de gozar de todos los beneficios y prebendas que tenía por haber pasado por el sillón presidencial de FIFA y que le colocaban a la altura de expresidentes de gobierno.
Havelange y compañía consiguieron en su día que el fiscal suizo Thomas Hidbrand archivara el mismo caso a cambio de un pago de 5 millones de euros. Ahora el delito ya ha prescrito al haber pasado más de diez años del mismo.
El código ético de la FIFA, tras su reforma más reciente, permite que sus exdirigentes puedan ser juzgados deportivamente después, circunstancia que antes estaba blindada.
ISL quebró en 2001 y el volumen de negocio que llegó a mantener con FIFA era considerable. Su cese de actividades significó un agujero de 200 millones en las cuentas de Havelange que le tocó aprobar a Blatter, llevándose consigo el Mundialito de clubes, cuya primera edición se disputó en Brasil en el año 2000 y poniendo en peligro la disputa del Mundial de 2002.
Casualmente (?), algunos de los ahora implicados dimitieron no hace mucho de sus cargos. Havelange renunció recientemente a su cargo como miembro del Comité Olímpico Internacional, mientras que su yerno Ricardo Teixeira, expresidente de la Federación brasileña, se encuentra exiliado en Miami ante los diferentes casos de corrupción que tiene pendientes en Brasil a través de la empresa Alianto.
El tercer dimitido es Nicolás Leoz. El paraguayo ha dicho adiós a FIFA hace escasos días alegando motivos de salud, pero la comisión de investigación habla de que está involucrado en pagos de la empresa ISL que podrían rondar los 600.000 euros.
LA CAUSA PENAL
En 2010 se dictó auto de sobreseimiento de la instrucción penal abierta por la Fiscalía del cantón suizo de Zug por “gestión desleal” de la FIFA, “apropiación indebida y eventualmente gestión desleal” de Havelange y Teixeira.
La instrucción penal se abrió a raíz de una denuncia del organismo rector del fútbol mundial contra ISL, la empresa que comercializó los derechos audiovisuales de las competiciones de dicho organismo hasta su quiebra en 2001.
El auto, de fecha 11 de mayo de 2010, reveló que Teixeira percibió de ISL al menos 12,74 millones de francos suizos (13 millones de dólares) entre 1992 y 1997 y Havelange 1,5 millones de francos suizos (1,53 millones de dólares) en 1997.
La FIFA hizo público el auto horas después de que el Tribunal Supremo suizo sentenciara que la prensa debía tener acceso al sumario del caso ISL, pues los involucrados habían abonado 5,5 millones de francos suizos (5,9 millones de dólares) para archivar las investigaciones del fiscal Thomas Hildbrand, bajo la condición de que sus nombres permanecieran en secreto.
Los distintos pagos acreditados por la investigación judicial y descubiertos en cuentas personales de Havelange y Teixeira o de empresas vinculadas a ellos ascendieron a 21,9 millones de francos suizos (22,3 millones de dólares) entre 1992 y 2000.
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Modificado el ( 30 de abril de 2013 )
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