Desconvocada la huelga en Italia
Los futbolistas italianos levantaron ayer día 5 la huelga que impidió la disputa de la primera jornada y el viernes comenzará la temporada de la Serie A con el duelo entre el campeón, el Milan, y el Lazio. El presidente del sindicato de futbolistas (AIC), Damiano Tommasi, y el presidente de la Liga, Maurizio Beretta, firmaron hoy un contrato colectivo provisional que los había enfrentado y que había provocado la suspensión de la primera jornada, prevista para el 27 y 28 de agosto.
El contrato de transición firmado es válido por un año, por lo que debe dar tiempo suficiente a ambas partes para elaborar un acuerdo más duradero. El último convenio había expirado hace un año. Desde entonces, clubes y profesionales discuten sin acuerdo. Ya la pasada temporada, el sindicato amenazó con dos huelgas que finalmente fueron desconvocadas.
El principal punto de disputa es la organización de los entrenamientos. La Liga deberá aclarar su posición al respecto en las dos próximas semanas. Los clubes quieren formar diferentes grupos, y los jugadores se niegan porque temen que eso suponga la exclusión de los futbolistas que no cuentan para el técnico o la directiva. Si no se alcanza un acuerdo en dos semanas, las partes aceptarán la mediación del presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Giancarlo Abete.
La huelga del Calcio
30 de agosto de 2011.
Al igual que en la liga española, la liga italiana de fútbol ha visto como su arranque se frustraba al no jugarse la primera jornada el pasado fin de semana debido a discrepancias insalvables entre jugadores y clubes a la hora de negociar un convenio colectivo, tal como ha venido sucediendo desde hace meses en otras competiciones de renombre como pueden ser la NFL y la NBA estadounidense o la mencionada LFP española.
Esta es la primera huelga de jugadores que se produce en el Calcio desde 1996. El principal escollo que a la postre se ha revelado insalvable es la negativa de los jugadores ante la exigencia de los clubes de que los futbolistas abonaran el llamado “impuesto de solidaridad”, que podría repercutir a la liga unos beneficios cercanos a los 50 millones de euros.
Este impuesto de solidaridad, incluido en el último plan de ajuste del Gobierno de Berlusconi consiste en tasar con un 5% las rentas que superen los 90.000 euros anuales y con 10% las que excedan los 150.000 euros anuales, y del que los jugadores pretenden que se hagan cargo los clubes. “Pagamos nuestros impuestos, pero no queremos que se fijen en el contrato de licencia” replican.
Otro punto de desencuentro es el artículo 7 del convenio, el cual establece la posibilidad de que algunos jugadores sean apartados por motivos técnicos y se ejerciten de manera separada al resto de la plantilla.
El conflicto ha tomado tal envergadura que ha provocado la intervención de varios mediadores. Entre ellos destaca Rocco Crimmi, por parte del gobierno italiano, el cuál ha pedido que ambas partes olviden personalismos y pongan de su parte para sacar adelante la liga y que ésta comience tal y como debe ser. Otra mediación infructuosa fue la realizada por el presidente de la Federación Italiana de Fútbol Giancarlo Abete, el cual ofreció a la liga el pasado jueves un aval de 20 millones que los clubes rechazaron.
Por otra parte, en cuanto a las consecuencias a esta huelga indefinida, ha de mencionarse la indignación con la que los aficionados o “tifosis” han acogido la noticia. De sus declaraciones se desprenden que los que han quedado peor parados en cuanto a imagen publica han sido los futbolistas, a los que los hinchas califican de “mimados e insolidarios”. Se tiene la percepción de que los jugadores no han querido hacerse cargo del impuesto solidario en estos tiempos tan dramáticos. Todos aquellos que ya han comprado entradas, abonos, canales de pagos e incluso gastos de desplazamiento y alojamiento se sienten traicionados. “¿Quién no va a devolver el dinero de los billetes? ¿Los futbolistas millonarios?”. Comentarios en ese sentido abundan en los foros y en las cartas al redactor de numerosas publicaciones deportivas italianas.
No en vano, en las encuestas realizadas por medios transalpinos el resultado no deja lugar a dudas. Para los italianos los culpables son los jugadores, tal como refleja el sondeo de la “Gazzetta dello Sport”, en el que el 73’4 % opina que la culpa es de los jugadores. En la encuestas del canal Sky se dispara esa cifra hasta el 83%. Se ha llegado al punto de amenazar con una huelga de aficionados que dejaría vacíos los estadios.
Otra cuestión polémica dentro de este conflicto ha sido la decisión del Nápoles y Palermo de jugar un amistoso en plena huelga, situación semejante a la vivida en nuestro país cuando el Barcelona decide jugar el Gamper, precisamente contra el conjunto napolitano en plena huelga de jugadores convocada por la AFE y que impidió la disputa de la primera jornada de la LFP; lo que sin duda no contribuye a apaciguar los ánimos del personal sino más bien a todo lo contrario: a enfurecer aún más si cabe a la ya de por sí confundida afición que asiste atónita a todo este vendaval de vicisitudes.
Sea como fuere, lo cierto es que esta huelga del Calcio no ha sido la primera ni será la última. En efecto, no es más que otra ola provocada por el tsunami financiero que ha arrasado a los grandes y más poderosos espectáculos deportivos del planeta.
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