El cupo de la ACB podría hacer peligrar la cantera española
La norma de la ACB que obligaba a contar con un mínimo de 4 españoles en plantilla fue declarada ilegal por la UE al considerar que vulneraba la libre circulación de trabajadores dentro de las fronteras de la Unión. Es por ello que la FEB, la ACB y la ABP llegan a un acuerdo para acordar unos nuevos cupos de jugadores de cara a la nueva campaña.
Dicho acuerdo consiste en sustituir el cupo de los cuatro españoles (cinco, si la plantilla tiene 12 jugadores) por otro en que serán cuatro “jugadores de formación”. Este concepto hace referencia a todo aquel jugador español, comunitario o europeo que haya estado federado al menos tres temporadas en un club español de los 14 a los 20 años. Además, se ha de tener en cuenta que se considera jugador comunitario a todos aquellos que tengan la nacionalidad de una federación adscrita a FIBA Europa, lo que no coincide necesariamente con las fronteras de la Unión Europea.
El Secretario de Estado para el Deporte ha hecho pública su contrariedad con este acuerdo. Para Soler "el gran debate es cómo tiene que ser en un futuro la ACB. Actualmente un equipo puede tener once o doce jugadores en plantilla y ningún español porque la ley europea lo permite. Es un problema aún más importante porque mi responsabilidad es tener una selección capaz de tener más éxitos en Juegos Olímpicos, Mundiales y Eurobaskets", ha aseverado.
Por otra parte , ha insistido en que el modelo actual ACB está estancado y "no ha evolucionado" en los últimos veinte años, cuando entonces era "envidiable". Para el Secretario de Estado para el Deporte, "aquel instrumento tan bueno hace veinte años no lo es hoy en día. Están obligados (ACB) a reflexionar de qué y cómo quieren subsistir en los próximos años", recalcó.
Desde la Asociación de Baloncestistas Profesionales se ha criticado la política de la ACB con respecto al jugador nacional: “Si tan buenos resultados ha dado un marco de protección al jugador nacional que nos ha convertido en un modelo de referencia en el mundo, no se entienden las continuas reticencias y obstáculos por parte de la ACB para acordar un marco de estas características”.
También atacan la pasividad ante la nacionalizaciones de americanos por parte de países europeos en condiciones sospechosas: “No terminamos de entender que la protección del jugador nacional no haya sido nunca una causa pacífica - el cupo de jugadores seleccionables tuvo que forzarse con una convocatoria de huelga de la ABP - ni encaja la permisividad de la ACB frente a los matrimonios fraudulentos, pasaportes exprés, etc. que han desvirtuado los marcos pactados en los últimos años”.
Este último punto ha saltado de nuevo a la actualidad informativa a razón de la nacionalización del pívot congoleño procedente de la NBA Serge Ibaka mediante la vía de “carta de naturaleza”, una forma discrecional que tiene el Consejo de Ministros de otorgar la nacionalidad española a extranjeros por causas extraordinarias sin atenerse a los plazos y requisitos legalmente establecidos.
Desde el Comité Olímpico Español dan su opinión al respecto, rechazando las “nacionalizaciones a la carta” por encima de los resultados. Para el COE “se deben cuidar las cosas, ya que muchos deportistas buscan competir con otros países que no son los suyos, algo contra lo que hay que luchar”.
Los datos de la ABP reflejan el peligro que puede suponer el nuevo marco de contratación. En las últimas temporadas, a pesar del cupo de 4 nacionales, los jugadores españoles disputaron el 32% de los minutos totales de juego en la ACB. Tras ver la semana pasada cómo la selección española sub 20 se proclamaba de manera autoritaria campeona de Europa, cabe preguntarse si los jóvenes valores que lo hicieron posible como Josep Franch, Nicola Mirotic o Joan Sastre tendrán futuro en la nueva ACB.
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