ACERCA DEL USO ARBITRAL DEL VÍDEO

Por Antonio Aguiar Díaz
Licenciado en Derecho
Jefe del Servicio de Deportes
del Gobierno de Canarias


En la jornada de fútbol del día 12 de octubre de 1997 se produjo un estrepitoso error arbitral, al no dar el colegiado como gol el espléndido chutazo desde el mediocampo de WALTER PICO (jugador de la U.D.LAS PALMAS) en el partido contra el RAYO VALLECANO, que rebasó claramente la línea de gol, tal como ocurriera en el Mundial´86 con el disparo de Michel sobre la portería de la Selección de Brasil y que tanta trascendencia tuvo. Este gol habría dado la victoria al equipo grancanario por 3-4.

Mucho se ha venido hablando y escribiendo en los últimos tiempos sobre las nuevas tecnologías aplicadas al arbitraje. La presión para introducir algún tipo de aparato electrónico que asista al árbitro está creciendo, pero lamentablemente, a mi juicio, los partidarios de tal revolución son aún una pequeña minoría, o al menos no se manifiestan.

La FIFA sigue oponiéndose frontalmente al uso del vídeo durante los encuentros, argumentando que la falibilidad humana forma parte del atractivo del juego propiamente dicho. En base a ello, el International Board (organismo que vela por las reglas del fútbol) desestimó, en su reunión del 1 de marzo en Belfast, la petición de la federación francesa de que el árbitro del amistoso Francia-Suecia del mes de abril pudiera usar como ayuda las imágenes repetidas de las jugadas conflictivas.

El Secretario General de la FIFA, Sr. Blatter, decía recientemente: la falibilidad humana es un elemento esencial del fútbol, deporte que, como cualquier otro, es jugado y dirigido por seres humanos. Si se accede a las nuevas tecnologías, la faz del fútbol cambiará de forma drástica e irreversible.

Nos parece insostenible el razonamiento de la FIFA. Es más, si la falibilidad es consustancial al fútbol, ¿cómo es que admitió la FIFA en los Juegos Olímpicos de 1996 un sistema de sensores ("Impulser") de transmisión electrónica de los jueces de línea (ahora árbitros asistentes) al árbitro y viceversa, sin la posibilidad de conversación, para alertar al colegiado en caso de una infracción desapercibida o de un fuera de juego? ¿Por qué se ordena por la UEFA la repetición de un partido reciente en el que la portería tenía unos centímetros menos?

Escandaloso fue también el tanto no reconocido al F.C.BARCELONA de baloncesto en la final europea de hace dos años, cuando a escasos segundos para finalizar el partido, que perdía por un punto, un jugador del equipo griego interceptó el balón cuando descendía hacia la canasta. Nada más y nada menos que la COPA DE EUROPA le fue arrebatada al club catalán, sólo por no admitirse EN EL ACTO el uso del vídeo.

Quiero resaltar que no nos referimos al uso del vídeo como prueba posterior ante los comités disciplinarios, posibilidad que se viene admitiendo desde hace algún tiempo. Estamos sugiriendo que el árbitro, al igual que en determinados momentos consulta con el linier y detiene el partido hasta que toma una decisión (recuerden el incidente de la Romareda en el partido ZARAGOZA-BARCELONA de 1996), consulte al cuarto árbitro (que tendría a su disposición un monitor de TV)

En sentido opuesto a la FIFA, nuestra propuesta, que ya defendimos en el CLINIC DE ARBITROS celebrado en Las Palmas de Gran Canaria en abril de 1997, es la siguiente:

No vemos ningún efecto negativo sobre el desarrollo del encuentro, todo lo contrario, en que el árbitro asistente, durante un lance del partido, haga indicaciones (al instante o previo vídeo) al arbitro principal (mediante comunicación electrónica u otra forma) sobre una jugada concreta (penalti, gol dudoso, etc.), a la vista de un monitor de TV que tiene a su disposición; indicación que quedaría supeditada, en todo caso, al superior criterio del árbitro principal, quedando por tanto, relegado el asistente, tal y como ocurre en la actualidad, a un papel meramente consultivo no vinculante. Esto puede hacerse perfectamente, en las máximas competiciones al menos, sin que se produzca una paralización del juego superior a la que viene aconteciendo cuando el árbitro consulta en la banda al asistente; precisamente en la misma jornada, el colegiado detuvo casi 5 minutos el juego para aclarar una tarjeta amarilla, en el partido SEVILLA-BADAJOZ.

Es más, en la mayoría de los casos, el asistente (que visualiza el partido por TV) alertaría al árbitro principal al mismo tiempo de producirse el incidente (mediante un minúsculo intercomunicador), con lo que no sería necesario acudir al vídeo.

Afortunadamente ya se dan algunos casos de uso del vídeo, como el acontecido en Uruguay en la misma semana, durante un partido de la Liga de Baloncesto: el árbitro principal ordenó detener el encuentro para ver repetida en vídeo una jugada que originó una falta que debía ser lanzada por el mejor jugador del Wanderers, ya cumplido el tiempo reglamentario. La infracción fue confirmada y la falta lanzada, lo que dio la victoria a dicho club. El equipo rival ha anunciado que presentará reclamación por no estar previsto en el reglamento el uso del vídeo.

No obstante, el debate que proponemos no debería circunscribirse al uso del vídeo, sino que abarcaría a la nuevas tecnologías en general (por ejemplo, una célula fotoeléctrica alertaría cuando el balón traspasa la línea de gol)

El fútbol debe evolucionar, en este campo, como lo han hecho otros deportes (NFL americana, tenis de mesa, etc..).

Desde luego, si este comentario fuera superfluo, el FC.BARCELONA de baloncesto hubiera sido campeón de la Copa de Europa de 1996, España hubiera eliminado a Brasil en el Mundial de Fútbol de 1986, etc…

Las Palmas de Gran Canaria (España), a 13 de octubre de 1997.


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