OPINIÓN

CASO CHARLEROI: OTRO EJEMPLO DE JUDICIALIZACIÓN DEL FÚTBOL CONTRA EL ABUSO DE POSICIÓN DOMINANTE

Por Javier Latorre Martínez

Cuando todavía siguen dando que hablar los efectos de la Sentencia BOSMAN de 1995, al permitir la libre circulación de jugadores de países miembros de la Unión Europea y la abolición del derecho de retención, podemos confirmar que en los próximos seis meses puede producirse otro caso de grandes consecuencias en el mundo del deporte profesional en general, y en el del fútbol en particular, con efectos como mínimo tan relevantes como los producidos por dicha Sentencia.

¿Tiene sentido que los Clubes paguen a sus jugadores y que no reciban ninguna compensación económica por la participación de sus internacionales en las competiciones organizadas por la FIFA? ¿Es lógico que esta organización decline la responsabilidad de cualquier tipo en caso de lesionarse un jugador en un Torneo que ella organiza, y en el que la propia FIFA se lucra con grandes beneficios económicos?. ¿Está en juego el negocio de la FIFA?. Tres preguntas que intentaré resolver seguidamente con aplicación al caso CHARLEROI.

El litigio planteado por el modesto club de fútbol belga SPORTING DE CHARLEROI contra la FIFA ante los Tribunales de Justicia, en el pasado mes de mayo de 2005, podrá suponer un tremendo vuelco en las estructuras del fútbol internacional.

Este club asegura que la normativa de la FIFA sobre la cesión de jugadores a las selecciones nacionales supone un flagrante abuso de posición dominante. Según expertos en Derecho Comunitario se ha ocasionado una clara violación del artículo 82 del Tratado de la Unión Europea. Esta normativa de la FIFA puede ser contradictoria con las reglas de la libre competencia dictadas en el Derecho Comunitario.

Se está produciendo una posición manifiesta de monopolio por parte de la FIFA como reguladora del fútbol internacional. Los deportistas profesionales están obligados a jugar con las selecciones de sus países, pero, en cambio, los clubes no reciben ninguna compensación económica o indemnización en el caso de que un jugador se lesione en esos partidos.

Conviene hacer una ligera referencia a los ANTECEDENTES DE HECHO de este caso CHARLEROI. En noviembre de 2004 el Club belga cedió a su futbolista ABDELMAJID OULMERS, de 26 años, a la selección de MARRUECOS para participar en el encuentro contra la selección de BURKINA FASO. En el citado partido se produjo el lamentable hecho de la lesión grave de ligamentos en un tobillo de este centrocampista marroquí, que le ha mantenido inactivo durante ocho meses. Recordemos: su club le ha seguido pagando puntualmente el sueldo pero sin obtener ningún beneficio como consecuencia de este percance, al no poder participar en competición alguna con su club. Por supuesto, en estos casos, tal como he comentado anteriormente, la FIFA no se hace responsable de nada, ni del salario ni de los gastos médicos ocasionados al club cedente del jugador lesionado.

El Presidente del CHARLEROI, ABBAS BAYAT se quejó amargamente de este sistema injusto, con graves perjuicios deportivos y económicos ocasionados a su pequeño club. El CHARLEROI finalizó su competición doméstica en quinta posición, con lo cual no pudo acceder a los dos primeros puestos que otorgaban la clasificación para la Liga de Campeones (Champions League)

Por su parte, la FIFA ya ha expresado su claro propósito de negarse a compensar al equipo que ha prestado a un jugador para un partido de selecciones nacionales, en el que se produzca el fatal desenlace de una grave lesión. Debe recordarse que es la propia FIFA la que organiza y regula todo este tipo de enfrentamientos deportivos, con lo cual se le debería poder exigir alguna responsabilidad. Ni realiza pagos económicos a los Clubes ni corre con los gastos para asegurar a los seleccionados. Dinero fácil ….

El Juez JEAN-PHILIPPE LEBEAU, presidente del Tribunal de Comercio de Charleroi, ha fijado recientemente la fecha del 20 de marzo de 2006 para la vista de esta denuncia presentada por la entidad belga. Como su nombre indica, este Tribunal se ocupa habitualmente de temas mercantiles, como quiebras, suspensiones de pagos y casos de impagados.

No deja de llamar la atención el hecho de que de nuevo un tema futbolístico haya trascendido a este orden jurisdiccional desde la esfera deportiva. Recordemos que ya en mi anterior escrito, de fecha 23 de septiembre sobre el caso PONTEVEDRA, C.F., indiqué la tendencia hacia la judicialización a la que va encaminándose el deporte profesional, donde tantos intereses están en juego y con reparto de muchos millones de euros (contratos televisivos, contratos de imagen, renovaciones "galácticas" con sueldos estratósfericos, etc.).

Hace tiempo que una de las claras reivindicaciones de los principales clubes de fútbol, reunidos en el famoso G-14 (colectivo fundado en 1998, no reconocido por la FIFA, que reúne a los 18 clubes más poderosos de Europa, entre ellos, el Real Madrid, Barcelona y Valencia) es conseguir una contraprestación por el hecho de ceder a sus jugadores a las diferentes selecciones nacionales.

Precisamente, este grupo G-14, representado por el famoso abogado belga JEAN LOUIS DUPONT, el 5 de septiembre pasado decidió sumarse voluntariamente con el CHARLEROI como parte demandante, ya que considera que la reglamentación sobre esta materia va en contra de la normativa europea y de la de Bélgica.

El abogado del CHARLEROI, JEAN-PIERRE DEPREZ, ha exigido una pronta resolución y ha puesto fecha tope: antes del próximo Mundial de Alemania. Entre el 15 de noviembre de 2005 y el 8 de marzo de 2006 se presentarán las respectivas alegaciones y réplicas ante el citado Juez del Tribunal de Comercio de Charleroi.

Cuando llegue la fecha de la vista del 20 de marzo de 2006, cabrán dos posibilidades:

El Juez LEBEAU podría dictar una resolución al respecto, ya que es competente en este litigio. En este caso, se espera que la sentencia se produzca en mayo de 2006 y siente jurisprudencia.

El Juez podría plantear una pregunta prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea con sede en Luxemburgo. Si fuera así, podría intervenir dicho Tribunal en este caso, con lo que podría fijarse una jurisprudencia que sería de obligado cumplimiento en todos los países miembros de la Unión Europea.

Es evidente que si triunfa este planteamiento del CHARLEROI, se producirán importantes consecuencias no solamente en el contexto comunitario, sino en todo el fútbol internacional. Muchos Clubes pertenecientes a países ajenos a la Unión Europea están expectantes a la resolución de este caso. Son demasiados campeonatos los que organiza la FIFA y los Clubes desean solicitar compensaciones económicas. Más de 200 Federaciones internacionales están involucradas en sus competiciones.

Según el propio Presidente de la FIFA, JOSEPH BLATTER, no sería lógico que prosperase esta demanda, ya que "25 países (los miembros de la UE) no pueden dictar las leyes de las 207 Federaciones internacionales". La principal necesidad que tiene la FIFA en este momento es conseguir que el caso se plantee exclusivamente como un conflicto entre un Club de fútbol y la propia FIFA. No quiere en ningún caso que se amplíe este contexto, con lo que se podría llegar a demostrar la incompatibilidad de los planteamientos y normativas de esta organización deportiva con el Derecho Comunitario, especialmente con el Derecho de la Competencia.

A su vez, el citado BLATTER se ha quejado de que el CHARLEROI no haya denunciado este contencioso ante las Federaciones de Fútbol belga o marroquí, y, en cambio, sí lo haya efectuado ante la Justicia Ordinaria. Probablemente éste será uno de los argumentos "estrella" que la FIFA planteará durante los alegatos del litigio: la solución de los conflictos deportivos debe producirse exclusivamente en las instituciones deportivas. Basta recordar las coacciones y amenazas que esta Organización habitualmente realiza contra todo club que "intente" hacer valer las prerrogativas de un Estado de Derecho, para recurrir cualquier actuación que perjudique sus intereses deportivos.

Probablemente, las consecuencias de este caso no se limitarán al mundo del fútbol sino al resto de deportes donde participen deportistas profesionales en selecciones nacionales.

El G-14, a través de su Director General THOMAS KURTH, insiste en el derecho que tienen todos los clubes de acudir a los tribunales ordinarios, con objeto de cuestionar la legalidad de las normas de la FIFA en materia de cesión de jugadores a las selecciones nacionales. Considera que las amenazas de sanción contra el club CHARLEROI, por acudir a la justicia ordinaria, propuestas por el Presidente de la FIFA a la Federación Belga durante el último Congreso de la Federación Internacional en Marrakech, "son una forma de tiranía desproporcionada e inapropiada".

El G-14 considera fundamental que los clubes tengan el derecho a preguntar si las normas que les gobiernan son legales, así como la opción de hacer esta consulta ante un tribunal abierto e independiente. Debe remarcarse que las normas actuales han sido establecidas e impuestas de modo unilateral por parte de la FIFA y que desde hace bastantes años los Clubes (especialmente, el Real Madrid y el Milán) han planteado con empeño sus reivindicaciones al respecto, con oídos sordos por parte del máximo organismo futbolístico.

En marzo de 2004, el G-14 ya planteó una consulta al Tribunal Suizo de la Competencia sobre la legalidad de los Estatutos de la FIFA en esta materia (la FIFA tiene en ese país su domicilio social). Lamentablemente, año y medio después todavía no ha habido respuesta oficial. Como máximo, la FIFA ha respondido alegando que las ganancias obtenidas en los Torneos Internacionales "regresan a sus fuentes" mediante los pagos realizados a las Federaciones Nacionales. Según la FIFA, reinvierte el 75 % de los beneficios generados por las competiciones que organiza en estas Federaciones, que son las que negocian respectivamente con sus Clubes asociados.

Según el Director General del Manchester United, DAVID GILL, no se plantea esta reclamación en detrimento de los partidos internacionales, ya que los Clubes desean que los jugadores sigan representando a sus países. En realidad, el problema reside en que los Torneos que organiza la FIFA, como el Mundial y la Eurocopa generan enormes ingresos: aproximadamente unos 800 millones de euros, y las máximas autoridades futbolísticas utilizan de forma gratuita a los activos que generan esas ganancias, por lo que se hace necesaria una compensación a quien les paga religiosamente cada día.

El G-14 entiende como un riesgo asumible el cansancio con el que vuelven los jugadores seleccionados tras sus largas concentraciones y no desea que se pague a los clubes cada vez que sea seleccionado un jugador. Sin embargo, sí que quieren participar de los ingresos que generan estas grandes competiciones, en un porcentaje aún por determinar. Podría, en este caso, plantearse la posibilidad de la creación de un "fondo para lesiones" para solucionar casos como el de este futbolista marroquí OULMERS.

Puede observarse con cierta facilidad el estado "lamentable" en el que regresan estos jugadores internacionales después de participar en esos enfrentamientos y tras largos viajes, en muchas ocasiones intercontinentales. Las lesiones o fatiga resultante ocasionan habitualmente resultados deportivos negativos a sus equipos en las competiciones nacionales. Estos Clubes no pueden contar con el máximo rendimiento de sus "estrellas", por las cuales han realizados grandes desembolsos económicos en la mayoría de los casos. Sólo hay que observar los resultados que obtienen algunos Clubes españoles en la Liga en semanas en las que se han celebrado partidos internacionales. Según un directivo de un Club español: "Las fechas elegidas para esos partidos son tan raras y desgastan tanto que en el 100 % de los casos perdemos el partido que juguemos tras una concentración de la selección".

Según KURTH, "Los Clubes simplemente tienen que soportar toda la carga, pero no tienen ni voz". Los Clubes quieren tener voz y voto en la organización de su deporte. Quieren que se les escuche en la mesa donde se toman las decisiones. Puede afirmarse que los Clubes modestos son los más afectados por esta normativa de la FIFA, ya que son entidades no tienen capacidad para la adecuada cobertura de los seleccionados. Todos los equipos pierden dinero cuando los jugadores se lesionan en los partidos internacionales. Según FABIO CAPELLO, ex-entrenador del Real Madrid y actualmente de la Juventus italiana, "el Club paga a los futbolistas, y si se lesionan en estos partidos internacionales, pierden parte de su inversión económica".

 

En numerosas ocasiones los miembros del G-14 han planteado la participación conjunta en la elaboración de los calendarios de las competiciones internacionales, así como en las condiciones y plazos en que los jugadores internacionales deben acudir con sus selecciones nacionales. Pero han obtenido "la callada por respuesta". Los Clubes se quejan, protestan, y no obtienen contestación. Según JOHN SCHUMACHER, del Departamento de Comunicación de la FIFA, es lógico no dar ninguna opinión al respecto, ya que es un caso que está en los Tribunales y "nos lo estamos tomando muy en serio, porque pensamos que cuestiona un elemento fundamental del fútbol".

El planteamiento del Presidente BLATTER es clarísimo: "La estructura del fútbol tiene forma de pirámide. En la base están los Clubes y los jugadores, sobre los que se apoyan las Federaciones Nacionales. Y en el vértice de la pirámide está la FIFA. Conclusión: no habrá un segundo caso BOSMAN, lo vamos a parar". Añade: "Donde hay humo, hay fuego y tenemos que apagarlo". Esta estructura piramidal es una nueva demostración de que la FIFA ignora a los Clubes. Para la FIFA, sólo existe un único interlocutor válido: las Federaciones Nacionales.

Es obvio que, para la FIFA, "la gallina de los huevos de oro" tiene que seguir produciendo: en el último balance de la FIFA se han presentado ganancias superiores a los 100 millones de euros.

En España, la ley obliga a los Clubes a ceder a sus jugadores a la selección española, aunque no especifica si se les debe compensar o no. Según ROGELIO NÚÑEZ, portavoz de la Real Federación Española de Fútbol, "el pago, establecido como canon obligatorio, no se da en ningún sitio". Sin embargo, en un estudio realizado en 1998 por la propia RFEF, se recogía el caso de la Federación Holandesa que pagaba 6.760 euros por la cesión de cada jugador al día. Lo mismo ocurría en el caso de la Federación Alemana (2.043 euros), Federación Belga (1.800 euros) o Federación Francesa (1.200 euros). Actualmente sería complicado actualizar estas cifras. Según la Federación belga, "este tipo de cosas no se discuten en público".

El final del asunto está próximo. Esta vez la FIFA se enfrenta ante un poderoso adversario. La FIFA intuye que esta vez la amenaza va en serio. Este G-14 puede dejar sin futbolistas de renombre a las selecciones, sin Clubes a los campeonatos y, a medio o largo plazo, sin billetes (euros o francos suizos, qué más da...) a las cuentas bancarias de esta organización millonaria, con sede en Zurich. Recordemos que existe un precedente bastante similar. El Tribunal de la Competencia de la Unión Europea ya admitió a trámite una demanda de la Fórmula 1 contra la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), obligando a la misma a modificar su reglamentación

Es evidente que la verdadera fuente de ingresos de la FIFA son los Mundiales. Los ingresos debido a este concepto se han multiplicado por 10 en los últimos años, y existen previsiones de que los ingresos aumentarán desde 2.180 millones de dólares del Mundial de Alemania 2006 hasta los 3.640 millones en el de Sudáfrica 2010. Pero está claro que para que esto pueda ser viable, deberán participar los mejores jugadores, que pertenecen a los Clubes, y deberán jugar en estadios, que también suelen pertenecer a los Clubes.

Según la FIFA, es preocupante este movimiento de "clara insolidaridad", ya que los Clubes ricos cada vez lo son más y son los que favorecen el éxodo de jugadores. No obstante, lo que de verdad preocupa a la FIFA, es la posibilidad de tener que afrontar eventualmente las indemnizaciones a los Clubes a cambio de esa cesión de jugadores. Actualmente, algunas selecciones nacionales cobran un cachet de más de un millón de euros por partido amistoso (como es el caso de Brasil o Argentina). Deberían ser las Federaciones Nacionales quienes afrontarían esas indemnizaciones en concepto de "alquiler" (?) de los seleccionados.

Se ha llegado a límites insospechados en estos abusos. La selección brasileña convocó a 19 jugadores procedentes de equipos europeos para participar en un encuentro amistoso en Asia, en el cual sólo se realizó un cambio y en el último minuto de partido…

Como conclusión, en línea con el abogado JEAN LOUIS DUPONT, la FIFA ostenta un doble papel: según le conviene, "se pone la gorra de regulador" con normas sobre el doping, los arbitrajes o las reglas del juego, y "se pone la gorra de empresa" para negociar los derechos de las competiciones. Intolerable e inadmisible.

La FIFA está violando continuamente la normativa comunitaria en materia de competencia al actuar simultáneamente como regulador y agente interesado en el mismo mercado. Como sabemos, la FIFA se encarga de organizar las competiciones en las que participan las selecciones nacionales, y, a la vez, es la autora de los reglamentos que obligan a los Clubes a la cesión de sus deportistas en fechas y circunstancias unilateralmente impuestas por la propia FIFA.

Estamos expectantes ante la próxima resolución de este caso. Puede observarse un cierto paralelismo entre la Sentencia BOSMAN y la próxima Sentencia OULMERS. Ambos son o han sido jugadores de "segunda fila", no considerados ni estrellas ni grandes futbolistas, pero sí que pueden o podrán revolucionar el mundo del fútbol y ser conocidos mediáticamente por sus capacidades litigantes. Se conseguirá, si el CHARLEROI gana el litigio, que el Tribunal de Luxemburgo obligue a modificar la normativa de la FIFA.

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Barcelona, 11 de Octubre de 2005.

Javier Latorre Martínez

Socio AEDED. Vicepresidente FCB.

e-mail: javierlatorre.m@telefonica.net

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