LA MUDANZA DEL WINBLEDON A DUBLIN

El Wimbledon quiere que la UE le autorice a trasladarse a Dublín y jugar en la Liga inglesa

EL PAIS DIGITAL. 10 FEBRERO 1998.
W. O. / I. F., Bruselas / Londres
El Wimbledon, equipo de la Primera División inglesa, quiere trasladarse a Dublín, la capital de Irlanda, y disputar allí los partidos de Liga. El proyecto cuenta con la oposición de la UEFA. Sin embargo, el Wimbledon cree que la normativa comunitaria le ampara y ha contratado los servicios de Jean Luc Dupont, el abogado del caso Bosman. Dupont ha pedido un dictamen a la Comisión Europea y la primera respuesta parece ser afirmativa.

Sam Hammam, director del club de fútbol británico Wimbledon, expone la situación con mucha claridad. El Wimbledon juega en las cercanías de Londres y difícilmente suma más de 8.000 aficionados en sus gradas. Marcharse a Dublín sería ampliar claramente sus posibilidades de negocio, un plan al que se incorporarían, como inversores, los componentes del grupo musical U2. La inversión del traslado ronda los 25.000 millones de pesetas.

«Dicha medida dañaría el fútbol interno europeo. De acuerdo con sus estatutos, además, la federación respectiva es la responsable del juego disputado en su área de influencia nacional». La nota era exhibida por la Federación Irlandesa como la prueba visible de que sus temores son fundados. Según el Wimbledon, se construiría un estadio con aforo para 40.000 personas. Una escuela para jóvenes talentos en suelo irlandés serviría luego de cantera a un equipo ávido de público. «Disponemos del dinero y contamos con el apoyo de la Liga Inglesa (Premier League)», dice Hammam. A pesar de todo, Sam Hammam piensa pelear duro. Ha contratado en su cruzada personal al abogado belga Jean Louis Dupont, el que ganó el caso Bosman. Jean Luc Dupont es optimista al respecto: «Estamos ante el sacrosanto fútbol y por eso hemos elevado una consulta a la Comisión Europea para que dictamine si hay alguna norma comunitaria que impida la operación», afirmó a este diario. La primera respuesta de Bruselas, todavía no oficial, ha sido bastante favorable al Wimbledon. «En principio no vemos motivos para impedirlo si todas las partes están de acuerdo, pero todavía no hemos estudiado el caso», sostienen fuentes próximas al comisario de la Competencia, Karel van Miert. «El Wimbledon es un excelente equipo que no tiene afición y Dublín es una gran afición que no tiene equipo. La operación es muy coherente y puede beneficiar a las dos partes», afirma Dupont. A su juicio, el fútbol es sobre todo un negocio y hace ya tiempo que dejó de ser un deporte aficionado.

Si la operación se confirmara es muy posible que su primera consecuencia fuera que los dos grandes equipos de Escocia, el Celtic y el Rangers, pidieran su ingreso en la Premier League. «Quizá sí, no lo sé. Pero en todo caso la marcha del Wimbledon quiere ser un revulsivo para muchas pequeñas Ligas que no pueden competir con campeonatos como el inglés, el español, el italiano o el alemán», sostiene. En su opinión podría ser un primer paso para que los países escandinavos o los del Benelux fusionen sus ligas en una sola.

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