Jueves
22 octubre
1998 - Nº 902

 

 

 




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Los farmacéuticos de Madrid reciben una carta del colegio para que no vendan EPO

DIEGO TORRES, Madrid
La EPO dejó de venderse en las farmacias de Madrid con la velocidad estrepitosa conque los colegios de farmacéuticos y la Consejería de Sanidad anunciaron la apertura de sendos expedientes de investigación. La noticia (véase EL PAÍS del domingo) de que la EPO, hormona científicamente conocida como eritropoietina, se vendía sin control, impulsó el lunes al Colegio de Farmacéuticos de Madrid a enviar una carta a sus colegiados en la que se les adjuntaba la fotocopia del artículo de EL PAÍS titulado "La EPO se vende sin control en las farmacias españolas".

"¡No!, eso no lo podemos vender sin receta porque el Colegio se ha puesto muy exigente después del lío que se ha montado", explicaba ayer un farmacéutico del barrio madrileño de Argüelles ante la solicitud de compra de Eprex. Ayer los almacenes no distribuían Eprex por agotamiento de existencias, decían los farmacéuticos. El gremio está alertado sobre la naturaleza de ese producto tan caro que sirve para tratar las anemias de enfermos renales: es de exclusivo "uso hospitalario", y contiene la hormona de moda en el dopaje, la que escandalizó al mundo del deporte durante el último Tour.

"No podemos pedirlo al almacén si no tenemos una receta sellada por la Seguridad Social", apuntaba el farmacéutico de Argüelles [falso: la EPO no es reembolsable por la Seguridad Social]. Otro colega suyo, en la calle de la Princesa, acertaba de lleno en la verdadera naturaleza del producto en cuestión: "Esto no se puede vender en farmacias ni siquiera con receta porque es un medicamento de uso hospitalario". Pero la mayoría de los farmacéuticos visitados se confunde: creen que basta con una receta médica para habilitar la venta en farmacias cuando la Ley del Medicamento exige que estos productos de "uso hospitalario" se vendan, salvo excepciones, directamente a los hospitales.

La Comisión Nacional Antidopaje no ocultó su preocupación. Uno de sus miembros habló de "actuación alegre de las farmacias". Otro de "flanco débil de la lucha contra el dopaje".

Entretanto, el Colegio de Farmacéuticos de Madrid inició una investigación, aunque prefiere mantener el procedimiento en secreto. Pero el poder de sancionar corresponde a la Consejería de Sanidad de Madrid. Su director General, Antonio Barba, explicó que "las farmacias que han vendido EPO cometieron una infracción grave de la Ley del Medicamento", por lo que se ha abierto un expediente informativo. Barba explica las razones de su actuación: "En ningún caso la farmacia puede vender EPO al público. Es una cuestión de ética y ahora vamos a actuar en conjunto con los colegios". La tarea, según Barba, será ardua y basta con repasar los números. "Es difícil controlar la venta de medicamentos por el volumen de trabajo que tenemos. Esto no es Castlilla-La Mancha, en Madrid hay 2.500 farmacias".

Havelange: "Todos los ciclistas se dopan"

AGENCIAS, París
"Dejen el fútbol en paz", exigió ayer en una entrevista Joâo Havelange, el ex presidente de la FIFA a quien, al parecer, no le gusta nada la actual corriente de investigación del dopaje en el fútbol. No entiende el veterano dirigente que se investigue su deporte por un problema que no existe. "Si existiera el dopaje", declara en la revista quincenal France Football, "entonces habría que cambiar las leyes e imponer algunas nuevas. Pero no creo que exista. Todos los ciclista se dopan, pero sólo practican esa trampa unos pocos futbolistas. Así que ¡dejen al fútbol tranquilo!".

Para efectuar unas afirmaciones tan optimistas, Havelange se basa simplemente en los controles antidopaje realizados durante el pasado Mundial. "Hicimos 265 controles, y todos fueron negativos", afirma el dirigente brasileño, obviando que se trató solamente de análisis de orina, en los que no se puede dtectar las sustancias más de moda actualmente, la EPO y la hormona del crecimiento. Actualmente hay una investigación en marcha en Italia sobre el consumo de EPO en el Parma, club de fútbol de Primera División.

La posición del hombre que rigió el fútbol mundial los dos últimos decenios y dejó su cargo el pasado junio choca frontalmente con las tesis mantenidas por los máximos dirigentes deportivos, empeñados en una guerra sin cuartel contra la mayor plaga del deporte, un asunto prioritario también en la agenda de Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional, quien evocó ayer ante el Consejo Ejecutivo de la UNESCO los objetivos de la Conferencia Internacional sobre el dopaje que se celebrará en Lausana en 1999 para luchar contra un fenómeno "inaceptable".

En primer lugar, agregó, la Conferencia establecerá una definición clara y neta del dopaje, pero también examinará la creación de una agencia antidopaje en Lausana por donde deberán pasar todas las pruebas que se realicen en el mundo. "Además, la conferencia estudiará las legislaciones de los países y del mundo del deporte".

El principal apoyo político con el que cuenta el COI en esta tarea proviene del Gobierno francés, el impulsor de las mayores investigaciones. Su ministra de Juventud y Deportes, Marie George Buffet, reafirmó ayer que Francia está determinada a luchar contra el dopaje y aceptó la invitación del COI a la Conferencia Internacional sobre este asunto. "He formulado una serie de proposiciones que pueden desembocar en medidas concretas y he aceptado participar en la Conferencia", señala Buffet en una carta al presidente del COI, que divulgó ayer el vespertino Le Monde. En la carta, Buffet propone "que se disipen las ambigüedades en la noción de dopaje, que se detenga la carrera de las competiciones y el dinero, que se armonicen los dispositivos de búsqueda, de control y sanción y que se refuercen los medios".

Para la ministra, el dopaje consiste en "la utilización de medicamentos con fines diferentes a la protección de la salud".

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