Martes
8 diciembre
1998 - Nº 949

 

 

 



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DEPORTES
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El fiscal de Turín investiga la muerte prematura de 45 futbolistas en Italia en los últimos 10 años

Un ex jugador afirma: "La hormona del crecimiento es un caramelo al lado de lo que tomábamos en los 70"

EL PAÍS, Madrid
Raffaele Guarinello, el fiscal de Turín que investiga desde agosto las denuncias de dopaje en el fútbol del entrenador del Roma Zdenek Zeman, ha dado un giro inesperado a su trabajo emprendiendo una masiva indagación epidemiológica para dar con las verdaderas causas de la muerte prematura de 45 jugadores en el fútbol italiano en los últimos 10 años. Con ese trabajo, que durará unos tres años, Guarinello quiere saber si existe algún vínculo entre las enfermedades mortales de los futbolistas y las sustancias que hubieran consumido a lo largo de su carrera.

Las 45 muertes sospechosas son pocas, según algunos medios, que estiman que la cifra bien puede alcanzar el doble cuando concluya la investigación epidemiológica, iniciada hace dos semanas. Una indagación que puede convertirse en una verdadera historia negra del fútbol italiano. Y una sospecha con cada vez más fundamentos: el dopaje no es un invento moderno ni ligado a unos cuantos deportes.

De los 45 casos estudiados, casi todos se refieren a futbolistas fallecidos con menos de 50 años de edad y unos 30 alrededor de los 30 años. Las causas oficiales: infarto, ictus, tumores varios, leucemia, extrañas patologías.

Destaca por encima de todos el caso de Guido Vicenzi, internacional en 1954, muerto en 1997 a los 65 años de una misteriosa enfermedad que le atacó los músculos.

Otros nombres: Bruno Beatrice, jugador del Fiorentina fallecido en 1987 víctima de una leucemia aguda; Giuliano Taccola, jugador del Roma muerto en 1969 en el estadio del Cagliari; Andrea Fortunato, que en 1994, cuando tenía 23 años y jugaba en el Juventus, sintió los primeros síntomas de leucemia, una enfermedad que le causó la muerte en abril de 1995, después de haberse sometido a dos trasplantes de médula ósea; Renato Curi, muerto en 1977, a los 24 años, durante un partido de fútbol entre el Perugia, su equipo, y el Juventus.

Curi se desplomó y murió instantáneamente. La autopsia dictaminó "una enfermedad adquirida crónica capaz de provocar la muerte instantánea". Gasperini, ex jugador del Catanzaro, muerto de infarto a los 40 años; Ferrini, del Torino, de ictus a los 46.

La investigación del fiscal Guarinello será difícil. Su primer problema ha sido la falta de archivos en la federación. Sus ayudantes han tenido que recurrir a anuarios, almanaques y, sobre todo, a los álbumes de cromos Panini de los últimos años del calcio.

La gravedad del problema del dopaje en el fútbol quedó reflejada ayer, además, por las confesiones en el Corriere della Sera de Carlo Petrini, ex jugador de Primera y Segunda (Genova, Milan, Varese, Catanzaro, Roma, Cesena) a finales de los años 60 y comienzos de los 70.

"Causa risa el abuso que se hace ahora de fármacos en el deporte, pues nosotros éramos bombardeados", dice Petrini, de 50 años . "En relación a lo que se nos daba, la creatina y las hormonas del crecimiento de ahora son caramelos".

Petrini desveló que, en sus tiempos en el Génova fue sometido a inyecciones "regenerantes". "Perdíamos a menudo y se precisaba una solución para subir en la clasificación. Entonces, alguien del club preparaba las inyecciones, no sé de qué sustancia. Todo por el bien del Génova".

"En la concentración, las dosis aumentaban, nos inyectaban la sustancia una vez al día. Recuerdo a Giuliano Taccola, que estaba blanco como un trapo y, después, morado al término de un partido. Se tumbó en una camilla y respiró con fatiga. Dos años después murió", relata Petrini.

Albornoces trucados

El ex jugador, que dijo que está a punto de quedarse ciego a causa de dos glaucomas, explicó que para evitar los controles antidopaje tenían preparados tres albornoces con doble bolsillo y orinaban en una probeta aquéllos que no jugaban.

"Quien debía realizar el control escondía dicha probeta bajo el albornoz y echaba el contenido en el frasco federativo", añadió. Después del Génova, Petrini pasó al Milan, donde, para recuperarse de un desgarro en el muslo derecho, fue sometido a "interminables sesiones de radioterapia".

"La misma de la que habla Nello Saltutti cuando alude a las radiaciones que han provocado la muerte de Bruno Beatrice", apuntó.

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