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OPINION
Miércoles, 2 de junio de 1999


IMPRESIONES

Una amenaza para el juego limpio en el fútbol


La reciente subida del Málaga a Primera División ha provocado la lógica euforia en la afición de la ciudad. Hay una persona que no ha participado en los festejos de celebración pero que será el principal beneficiario del ascenso: Antonio Asensio. El editor y empresario controla un 90% del club malagueño, a través de la firma JP Publicaciones. Asensio es también el propietario y principal accionista del Mallorca, y dispone de participaciones en tres equipos de Segunda División: un 32% en el Sevilla, un 22% en el Sporting de Gijón y un 63% en el Hércules. A ellos se suma el Mallorca B, filial de su homónimo. La Ley del Deporte prohíbe a la misma persona tener más de un 5% en dos clubes diferentes, salvo que sean filiales, pero Asensio supera este porcentaje, a través de sociedades controladas indirectamente, en un equipo de Primera, otro recién ascendido y cuatro de Segunda. El Consejo Superior de Deportes debería abrir una investigación sobre los tentáculos de Asensio en el mundo del fútbol. Y no sólo para evitar un fraude de ley, sino también para defender la limpieza en las competiciones deportivas. En la última jornada de Liga se enfrentan el Málaga, que ya no se juega nada, y el Sevilla, que aspira a subir a Primera División. Hay en litigio en este partido mucho más que tres puntos: importantes intereses económicos. Aunque ni se le pase a Asensio por la cabeza amañar el resultado, basta que exista la posibilidad de hacerlo. Por eso, la Ley veda que dos equipos puedan pertenecer a la misma persona. Asensio no sólo vulnera la normativa vigente, sino que pone la competición bajo sospecha. Es lo peor.


http://www.el-mundo.es/diario/1999/06/02/opinion/02N0020.html
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